Los rumores sobre su separación comenzaron en enero de 2012, cuando se relacionó a Carlota Casiraghi con su actual novio, el actor Gad Elmaleh. Confirmado dicho noviazgo, Álex Dellal salió de la escena pública del Principado, de la que había formado parte como pareja de la princesa monegasca durante los últimos cinco años. Su relación terminó igual de discretamente que comenzó su nueva vida, alejado de eventos públicos relacionados con la que siempre se creyó que sería su familia política. Su historia de amor no tuvo un final feliz, pero Álex rehizo su vida junto a otra belleza.
En el mes de marzo se comenzó a hablar de su acercamiento a la modelo italiana Elisa Sednaoui, de 23 años, un noviazgo en el que encontró una nueva ilusión y que, a juzgar por las últimas noticias, continúa a las mil maravillas. La pareja asistió a una cena privada celebrada tras el desfile de Tom Ford, en Londres, en la que los asistentes pudieron ver la incipiente tripa que se marcaba bajo su vestido, aunque el color negro disimulaba a la perfección su estado.
La maniquí se ha convertido en una de las it girl de la moda y ha protagonizado campañas para Kart Lagerfeld, Giorgio Arman y Roberto Cavalli, que ha dicho de ella: “Tiene un lado animal, es realmente sexy con un cuerpo espectacular y ojos hipnóticos. Es la mujer que todas quisieran ser, así que es la auténtica mujer Cavalli”. Su padrino es el creador de calzado Christian Louboutin. Aunque tiene fijada su residencia en Londres, fue criada en Egipto y se mudó a Francia con siete años, tras el divorcio de sus padres. Es una mujer polifacética ya que también ha probado suerte en la interpretación y ha dirigido un documental.
Hace algunos meses Alex coincidió con Tatiana Santo Domingo en una de las presentaciones de la línea de ropa de esta, que está esperando el primer sobrino de Carlota Casiraghi. Ambos se saludaron con mucho cariño y es que han compartido bastantes acontecimientos y citas en Mónaco. ¿Hablarían tal vez de sus próximas paternidades? Lo cierto es que la sonrisa de Álex es la muestra del buen momento que atraviesa y de que las heridas del corazón, con el tiempo, cicatrizan.
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