María de Villota: 'Cuando me estaban operando a vida o muerte pensaba que era una prueba física más de la Fórmula 1'
Fue el 3 de julio de 2012 cuando la vida de María de Villota dio un giro radical. La piloto de Fórmula 1 sufrió un terrible accidente que casi le cuesta la vida y del que salió con coraje, fuerza y una sonrisa que ahora parece inevitable contagiar a todos los que la rodean. Tras alguna rueda de prensa y una profunda entrevista concedida a la revista ¡HOLA!, María reapareció ayer por primera vez en un plató de televisión, y lo hizo en el programa de El Hormiguero.
Desprendiendo una luz muy especial y una energía que hasta se podía palpar desde el otro lado del televisor, la piloto no solo relató cómo fue su accidente, sino también todo lo que ha cambiado su vida tras ese inolvidable día. "He aprendido a afrontar los momentos duros, me encuentro viva y estoy feliz" declaraba María de Villota tras ser piropeada por Pablo Motos, quien la calificó como una “guerrera” debido a las cicatrices que aún luce en su rostros la piloto.
"Cuando me estaban operando pensaba que era una prueba física más de las miles a las que somos sometidos los pilotos de Fórmula 1 y lo que realmente estaba haciendo era debatirme entre la vida y la muerte" comentaba María, cuya primera operación duró nada más y nada menos que 17 horas.
Acompañada de su hermana Isabel, quien estaba en esos momentos junto a ella mientras su familia volaba hasta Inglaterra para estar a su lado desconocedores de la gravedad de su estado, María ha relatado que no recuerda nada tras el accidente, aunque jamás podrá olvidar la sensación que tuvo al despertar. "Cuando desperté hablaba en inglés y estaba rodeada por mi familia. Me desperté bromeando pues mi padre me dijo: “Hija habla en español que sino tu madre no se entera" y yo dije: “Hablo en inglés pues nuestro dinerito nos ha costado” (haciendo referencia así a una broma que siempre gastaba su padre mientras invertía dinero en que sus hijos aprendieran ingles)”.
Agradecida por el trabajo que realizaron los médicos, María entró en shock cuando el cirujano le dijo: "Te hemos salvado la vida pero no el ojo" Y fue ahí cuando el mundo de María se vino abajo, y le dijo al médico: "Tu necesitas tus dos manos para operar y yo necesito mis dos ojos para conducir", sin embargo ahora las preferencias de la piloto han cambiado y su obsesión por la Fórmula 1 ha quedado en un segundo plano, para ver la vida de una forma muy distinta.
Sin perder ni un solo segundo su contagiosa sonrisa, María también ha relatado cómo fue ese primer momento de mirarse en un espejo y verse con 104 puntos en la cara y sin uno de sus ojos. "Mi madre decidió tapar todos los espejos, tanto del hospital como de casa, pero un día se le olvidó tapar uno y cuando me miré en el, me quede horrorizada. Ella se vino abajo cuando me vio y yo, para quitar importancia a este hecho dije al espejo: “Monstruo” y entonces sonreí, pero lo cierto es que pensé pero… ¿Quién va a quererme a mi?”.
Ahora y con muchas ideas en la cabeza para llevar a cabo cuando los médicos le den permiso, María continúa trabajando para la Fundación Ana Carolina Díez Mahou, que ayuda a enfermos neuromusculares mitocondriales, y que cada día le da un motivo más para seguir adelante.