David Beckham guardará con un cariño especial en su caja de recuerdos el día en el que dijo adiós a Los Ángeles Galaxy. Adiós a cinco años en los que ha tenido muchas alegrías, pero también momentos difíciles cuando su rendimiento no era el esperado. Por eso, el futbolista salió al campo este sábado sabiendo que iba a ser la última vez que disputara un partido con esa camiseta y que iba a dar lo mejor de sí para conseguir el título de la Major League Soccer (MLS), el segundo que consigue en territorio americano. Los Galaxy consiguieron el triunfo frente al Dynamo Houston (3-1) y cuando Beckham escuchó el pitido final del partido, supo que comenzaba una nueva etapa tras su aventura en Estados Unidos.
"Sabía que el día de hoy iba a ser muy emotivo para mí, ganara o perdiese. He estado seis años aquí y parte del equipo ha mantenido a la mayoría de los jugadores juntos. Conseguirlo ha sido duro pero he disfrutado la victoria. Es el objetivo que nos pusimos al comienzo de la temporada", declaró un emocionado David Beckham tras conseguir la victoria. Así, y para agradecer a la afición el apoyo que le han mostrado durante todo este tiempo, el futbolista quiso que sus tres hijos, Brooklyn, de 13 años, Romeo, de 10, y Cruz, de 7, estuvieran con él en el campo y vivieran en vivo y en directo la adrenalina de su gran éxito.
Vestidos con la equipación de los Galaxy y luciendo el número 23, el dorsal que tantas alegrías le ha dado a Beckham y que le ha acompañado en estos últimos años de su carrera profesional, los hijos de David y Victoria corrieron a felicitar a su padre con un gran beso y un efusivo abrazo. Los tres disfrutaron de lo lindo correteando por el campo del Home Depot Center, de Carson (California), y alzando la Copa que, sin duda, ha puesto el broche de oro a la etapa del futbolista en el equipo. ¿Querrán seguir los pasos de David en el mundo del fútbol? ¿Estaremos ante el nacimiento de un futuro astro del balón?
En una entrevista que concedió antes del partido, Beckham reiteró que siente que puede jugar, que aún le queda un tiempo como profesional en activo, pero no quiso hablar de sus planes futuros y se limitó a decir que pasará las Navidades en Inglaterra con su familia. "Ha sido un año muy difícil para mí, pero me siento listo para asumir otros retos como futbolista", confirmó Beckham, que también agradeció todas las propuestas que ha recibido y las llamadas de reconocidos técnicos en el mundo, para invitarlo a continuar su carrera con sus equipos, en diferentes ligas.
Si bien su futuro continúa siendo una incógnita que no aclarará hasta probablemente inicios del 2013, el futbolista tiene algo muy claro: que su compromiso con la MLS y el Galaxy continuará. "No jugar más aquí no cambia mi compromiso, que seguirá siendo el mismo", destacó. Además, Beckham mostró su optimismo respecto a que algún día el fútbol, que es el deporte más popular del mundo, pueda competir en Estados Unidos al mismo nivel que el fútbol americano, el béisbol y el baloncesto, los deportes profesionales más importantes en ese país. "Estaré comprometido para conseguir ese objetivo y seguiré por ello en contacto directo con la MLS y el Galaxy", concluyó.
Como no podía ser de otra forma, David también contó con el apoyo incondicional de su mujer y la 'princesita' de la casa que, a pesar de que no fueron fotografiadas en el estadio, las cámaras sí captaron a Victoria Beckham llegando al aeropuerto de Los Ángeles junto a la pequeña Harper, que cada día está más guapa y más mayor. Madre e hija levantaron un gran revuelo en la terminal y numerosos fotógrafos se agolparon a la salida para conseguir la mejor instantánea, provocando el agobio de la diseñadora que, con la intención de proteger a su hija, estuvo en todo momento escoltada por varios miembros de su personal de seguridad.
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