La baronesa Thyssen confirmó ayer, tras presentar la exposición Gauguin y el viaje a lo exótico y dos días después de lamentar el proceso judicial contra su hijo Borja y la mujer de este, Blanca Cuesta, que ambos "están invitados a la inauguración" de esta muestra. El lunes se inaugurará oficialmente esta gran exhibición con la que el Museo Thyssen-Bornemisza celebra su veinte aniversario y la baronesa ha invitado a su hijo y a su nuera al acto.
"Borja está invitado y espero que venga con su mujer", ha deseado Carmen Thyssen pese a que continúan las diligencias contra su hijo y su mujer, Blanca Cuesta, por un presunto delito de descubrimiento y revelación de secretos. La baronesa lamentó el miércoles en un comunicado tener que acudir a los tribunales e iniciar un proceso judicial contra su hijo y su nuera, imputados por supuestamente entrar en las oficinas de Carmen Thyssen sin su permiso con el objetivo de hacer fotocopias de numerosa documentación. Carmen Thyssen, que aunque no mantiene ninguna relación con su hijo desde hace más de dos años, ni personal, ni telefónica, alberga, sin embargo, la esperanza de que "las cosas se arreglen".
Al margen de estas declaraciones, Borja y Blanca salieron a pasear por las calles de Madrid sin pronunciarse al respecto. Muy sonrientes, ambos posaron para los fotógrafos, lo que permitió ver el avanzado estado de gestación de Blanca, que lucía un 'look' de lo más actual con las zapatillas de moda, sneakers.
La pareja anunció su próxima paternidad el pasado mes de abril a través de un breve comunicado: "Queremos compartir con todos vosotros la alegría e ilusión que sentimos y comunicaros que estamos esperando nuestro tercer hijo". El matrimonio tiene ya otros dos niños, Sacha, de cuatro años, y Eric, que el próximo mes de agosto cumplirá dos años.
Y después de tener dos niños, al matrimonio le encantaría que su tercer hijo fuera una niña. De hecho, días antes de anunciar su embarazo, Blanca confesó en una fiesta celebrada en Barcelona que estaban "buscando una niña". Habrá que esperar unas cuantas semanas todavía para ver si por fin su deseo se cumple.
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