Parece que las vacaciones de la Duquesa de Alba en Ibiza no están siendo tan tranquilas como se esperaban. Al caso sobre la custodia de su nieta Cayetana reclamada por Francisco Rivera, se están uniendo más malas noticias.
Hace unos días se enteraba allí de la muerte de Belén Ordóñez, a la que tenía un enorme cariño, pero no pudo viajar a Madrid para visitar el tanatorio porque acababan de llegar su nietos Luís y Amina. Ahora, Doña Cayetana ha tenido que afrontar la muerte de uno de sus trabajadores, Manolo, su chófer personal y hombre de confianza.
Al no poder desplazarse a Sevilla para el entierro, ha sido su marido, Alfonso Diez, el que fue a Carmona, cerca
de la capital hispalense, para asistir al entierro y trasmitir su pésame a la familia.
El exfuncionario se encontraba pasando unos días en Sevilla antes de viajar a Ibiza con su esposa, y el triste suceso le ha obligado a quedarse unos días más en la ciudad. Tanto la Duquesa como sus seis hijos estuvieron presentes a través de una corona de flores que se colocó en el coche fúnebre.
Alfonso guardaba un gran cariño a Manolo, ya que fue el encargado de llevar al exfuncionario hasta el Palacio
de Liria el pasado 5 de octubre, cuando los Duques de Alba se convirtieron en marido y mujer. Era el hombre de
confianza de la Duquesa, y llevaba muchos años, desde muy jovencito, al servicio de la Casa de Alba, por lo que su
inesperada muerte, ha supuesto un palo tanto para Cayetana como para todos los hermanos Martínez de Irujo,
quienes le consideraban parte de la familia.
Manolo sólo tenía 50 años cuando le sobrevino el fatal infarto, por lo que su fallecimiento ha supuesto una noticia aún más dramática ya que ha pillando a todos los miembros de la Casa de Alba totalmente por sorpresa.