Existen mil y un destinos diferentes para pasas las vacaciones, sin embargo, Borja Thyssen y Blanca Cuesta, han vuelto a elegir Ibiza para pasar sus vacaciones. La pareja, que está esperando su tercer hijo, siente auténtica pasión por la isla, a la que siempre acuden unos días en verano, al igual que Carmen Cervera, a quien también hemos podido ver estos días por la isla.
Sin coincidir con la baronesa y ajenos a sus desavenencias familiares, Blanca y Borja disfrutaron al máximo de esta jornada playera, en la que el hijo de la baronesa aprovechó para celebrar su 32 cumpleaños. Luciendo barriguita y figura, pues a pesar de su avanzado estado de gestación, Blanca no ha perdido su espectacular silueta, la pareja celebró se trasladó hasta Formentera a bordo de un yate, el que abandonaron horas después para disfrutar junto a sus dos hijos del mar y la playa.
Mientras que Eric, de casi 2 años, se quedaba con su mamá, Sacha, de 4, acompañaba a su papá a dar una vuelta en moto de agua para después reunirse con Blanca y un grupo de amigos en la arena.
La familia era la vida imagen de la felicidad, que en cuestión de meses se verá multiplicada por la llegada del nuevo hijo, del que aún no has desvelado el sexo. Según ha comentado Blanca en alguna ocasión, ella preferiría una niña, pero si fuera un niño también estaría encantada.
Carmen Cervera, por su parte, también se encontraba en Ibiza, y aunque madre e hijo se encontraban a escasos kilómetros de distancia, el encuentro no llegó a producirse. La baronesa salió de compras con su inseparable amigo Manolo Segura y su esposa, Paz Pastor, con los que está pasando este verano a bordo de su velero Mata Mua.
Carmen Cervera se mostró especialmente sonriente y relajada, y no dudó en hablar sobre sus hijas, Carmen y Sabina. La baronesa comentó que estaban ya muy grandes, pero cuando se le preguntó por si iba a reunirse con Borja para felicitarle, su respuesta fue clara asegurando que no sabía dónde estaba su hijo.
Esto demuestra que el acercamiento entre ellos cada vez se hace más complicado, pues ambas partes se van acostumbrando a la situación que viven ahora. Ni el hecho de contar con un mediador como es Manolo Segura, padre de Borja, hace que la situación se suavice y ya son dos años los que llevan sin mantener ningún tipo de relación madre e hijo.