Cayetano Rivera: 'La persona que tengo al lado es mi pilar, mi base y se llama Eva'
Prefiere no decir nada a tener que arrepentirse, ha sido formado antes como hombre que como torero, habla tres idiomas, se desenvuelve en la plaza como en el salón de su casa y firmas como Armani y Loewe han caído rendidas a sus pies. Cayetano Rivera ese hombre que es más fácil encontrarte en la luna que un plató de televisión, fue ayer el primer entrevistado del nuevo programa de Julia Otero, Entrevista a la carta, y a juzgar por el resultado, el torero dejo de ser ese personaje tan misterioso para convertirse en alguien mucho más cercano.
"No me considero una persona a la que le guste hablar mucho sobre sus cosas. Me siento a gusto en el silencio. Prefiero no decir nada a tener que arrepentirme luego" afirmaba el torero nada más comenzar la entrevista. Las cornadas y la fracturas cuentan su historia en las plazas, a las que llegó más bien tarde que pronto, pues antes decidió hincar los codos y recibir una formación, probó en empresariales, en cine, en comunicación y aprendió inglés, francés y algo de italiano, pero los toros llamaron a su puerta y entonces no se pudo resistir. "Siempre tuve curiosidad […].No sabía lo que iba a ocurrir pero tenía la curiosidad de intentarlo y conocer mejor la vida de mi familia" afirmaba Cayetano.
Perfecto para algunos, sobre todo enfundado en un traje de luces, el diestro rompe mitos y comenta: "No soy perfecto, ni mucho menos, tengo muchísimos defectos. Me saca los nervios la hipocresía y la mentira. Además a conciencia, sabiendo que no son ciertas las cosas y siguen diciéndolas. Es algo que me puede y hago todo lo que esté en mi mano para que eso no ocurra".
Confidente, compañero y admirador principal de su hermano, Francisco Rivera, Cayetano siente un 'gusanillo' especial cada vez que torea junto a él, un 'gusanillo' que nunca consigue quitarse. "Me impresiona y me hace ilusión, pero lo paso muy mal. Por eso hacemos pocas corridas juntos. Estoy deseando que se retire mi hermano. Podría retirarse y así me dejaría más tranquilo" comentaba con una sonrisa el torero. Hijo de Carmina Ordóñez y Paquirri, la sangre torera corre por sus venas, a pesar del respeto que esto impone a quienes le rodean. "Mi madre. Lo pasaba muy mal con mi hermano, con dos imagínate… Recuerdo que cuando toreaba Fran se encerraba en casa y la ponía a oscuras para estar más tranquila. Lo pasaba fatal".
Con motivos más que de sobra para odiar al toro, el que se llevó la vida de su padre por delante cuando él tenía 7 años, y huérfano de madre también a los veintipocos, Cayetano tiene claro donde buscar refugio cuando los problemas le superan: "Soy muy reservado, hasta con los problemas. No ayudo a nadie contándole mis problemas, me quedo dándole vueltas yo. Pero por ese motivo doy valor a la amistad y a la gente que tengo cerca y sobre todo la persona que tengo al lado es mi pilar y mi base y se llama Eva".
Con el título de monitor de esquí, de paracaidista y de buceo, Cayetano Rivera sueña y desea con que sus futuros hijos no sigan sus pasos. “Me muero espero que eso no ocurra porque se sufre mucho” admitía sin dudar el torero. Sin fecha de boda con Eva González, pero con ganas de formar una familia tarde o temprano, Cayetano comentaba: "Nos llevan casando mucho tiempo y si no nos casan nos separan y nos vuelven a casar. De momento estamos bien como estamos. Eso no quiere decir que en un futuro no lo hagamos, para consolidar más la relación. Pero desde luego no tenemos nada planificado. Si decidimos casarnos, Cayetana estará la primera de la lista" dejando claro así el cariño que siente por la duquesa de Alba, encargada en esta ocasión de preguntar cuando pensaba pasar por el altar.
Reacio a las películas de terror y aficionado a aquellas que le consiguen relajar, Cayetano confiesa cuánto ha echado de menos durante estos años a su padre y como su ausencia le hizo ser mucho más independiente, a pesar de tener a su lado muy buenas personas, como Julián Contreras. "Julián Contreras formó parte de esa vida, y lo hizo con mucho cuidado. Le he admirado por ello y le tengo un cariño especial. Me gusta pedirle opinión".
Con unos ojos capaces de parar el tiempo, Cayetano Rivera siempre tiene un pensamiento antes de ponerse frente al toro y ese está dedicado a ella, a quien le dio la vida, y a su padre, al que lleva en la mente antes de irse a la plaza.