Hace unos meses que Isabel Pantoja decidió reconciliarse con los medios de comunicación. El protagonismo de su hijo fue esencial para dar este paso, la popularidad de Kiko Rivera subía como la espuma y éste firmó un contrato con Telecinco, una oferta que más tarde llegaría hasta su madre, quien no dudó en formalizar este sustancioso contrato, en el que entre otras cosas, figuraba su papel de presentadora junto a Jorge Javier Vázquez en las Campanadas de 2012.
Pero como todos los contratos a veces, por determinadas circunstancias, son quebrantados Isabel cometió un error garrafal por ser más visceral que racional. En un arrebato incontrolado, la tonadillera decidió entrar en directo en el programa de Espejo Público de Antena 3 para desahogarse y aclarar su implicación en la Operación Malaya. Sin embargo, la llamada de la cantante se produjo minutos antes de acabar el programa por lo que no pudo ser retransmitida íntegramente, aunque esta conversación continuó fuera de antena. Lejos de darse a conocer esta entrevista, su abogados han mediado para que ésta no salga a la luz desquitándose tan solo un par de días después en su cadena, donde acudió al plató de ¡Qué tiempo tan feliz!.
Recibida como una 'reina', Isabel Pantoja rió, lloró, se confesó, disfrutó y recordó los momentos más importantes de su vida. "Si tuviera que regresar a alguna etapa de mi vida volvería a mi niñez, al barrio de El tardón, porque no se tenía maldad, no se tenían penas, no se tenían disgustos, no se sabia nada, se vivía al día" admitía Isabel, tras un breve resumen de su infancia. Convertida en la artista que es hoy en día, Pantoja comenzó a cantar con tan solo 7 años, un arte que heredó de su padre, el cantante de fandangos Juan Pantoja y la bailaora flamenca, Ana Martín. "Mi madre, quiero dejar claro, que ha sido la madre de Isabel Pantoja, ha hecho a Isabel Pantoja, pero en la sombra, que eso es muy difícil" declaraba la tonadillera.
Desmintiendo la leyenda urbana que existe sobre que a ella no le gusta estar en el escenario, la tonadillera señala: "Llevo 40 años en esto, y a una persona a la que no le guste esto, no se lleva 40 años", pero eso sí, deja claro que si Paquirri no hubiera muerto, ella no estaría cantando sino cuidando de su familia. Paquirri, ese nombre que cada vez que se pronuncia le duele el alma, el gran amor de su vida y del que siempre será su viuda. "He podido tener muchos amores, cada amor es distinto, pero ese será el amor de mi vida hasta que me muera, porque por eso yo no me he vuelto a casar nunca, y se lo dije a el, estaré con quien tenga que estar, casarme no me voy a casar, pero serla viuda de Francisco Rivera hasta que me muera porque tengo que estar contigo" afirmaba emocionada Isabel.
Sin dejar ningún tema de lado, y tras la intervención telefónica de su hijo, quien alabó a su madre diciendo que era la mejor madre del mundo, Isabel se metió de lleno en su implicación en la Operación Malaya. "Soy inocente. No me asusta nada, yo tengo mis abogados y acataré lo que el juez tenga que decirme en ese momento” admitía una fuerte Isabel Pantoja. "El poder mediático es muy grande, pero yo creo en la justicia, no quiero pensar en ningún momento que aunque ya me hayan condenado muchísima gente de la profesión durante cinco años, esto tenga nada que ver con la justicia de verdad, lo que tenga que pasar pasará y estoy esperando" añadía la tonadillera.
Algo depresiva por los numerosos acontecimientos sucedidos en su vida, Isabel ha hablado de su paso por el programa de María Teresa Campos con Ana Rosa, desnudando de nuevo su corazón y señalando: "Hace muchísimos años, tuve una gran depresión de la que me salí sin medicamentos y hago lo imposible. Yo misma me doy fuerzas pero hay días en los que no puedo más y ese día estaba así. Todo lo que iba saliendo me iba emocionando muchísimo más de la cuenta porque estoy un poquito depresiva"
Rompiendo el silencio en el que ha permanecido durante estos años, tras su relación con Julián Muñoz, Pantoja señala: "Cuando conocí a esa persona no sabía lo que llevaba detrás. Yo no sabía lo que ocurría en ese pueblo", ha dicho Isabel. Yo no leía nada y mi entorno se limitaba a mi hijo, mi hija y mi madre. En la casa no entraban periódicos y yo no soy asidua a leerlos. Cuando pasó lo que pasó sólo hice una pregunta: '¿Esto que es? Me dijo que no tenía nada que ver. '¿De verdad? No me engañes', le dije y me dijo que no. Yo le creí."
Herida en su orgullo y con su amor propio agujereado, la tonadillera no duda en afirmar: "Después de la muerte de mi padre y Paco es lo peor que me ha pasado. Llevo cuatro años aguantando carros y carretas y he tenido que aguantar hasta tener mi defensa. Mi defensa está preparada desde hace siete meses y nadie la ha leído porque no le interesa a nadie", ha explicado Isabel. "Este señor, Julián Muñoz me falló. Me falló en el amor y en mi persona. Cariño no le tengo pero no le tengo rencor. No merece la pena tener rencor y odio."
Isabel, quien desea con ansia que se celebre ya el juicio, sea con el resultado que sea, afirma de forma tajante: "Ójala el juicio empezara mañana. Quiero que el día se vaya mi madre, que se vaya sabiendo que su hija es inocente".