En las últimas horas, Carla Bruni se ha convertido en noticia no porque la hayamos visto paseando con su marido, Nicolás Sarkozy, y su pequeña Giulia, sino porque la revista francesa Marianne asegura que la Fundación Carla Bruni-Sarkozy, dedicada a la lucha contra el analfabetismo, habría recibido irregularmente 3,5 millones de euros del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y el Paludismo. Según el semanario, que en los próximos días publicará el conjunto de la investigación del periodista Fréderic Martel, ese fondo, del que la esposa del presidente francés es embajadora, transfirió el dinero "al margen de la legalidad, sin licitación, a petición de la primera dama de Francia y a varias empresas de uno de sus amigos". Se trata del músico y hombre de negocios Julien Civange, agrega la publicación, consejero y testigo de boda de Sarkozy y Bruni.
Las reacciones no se han hecho esperar y la exmodelo ha recurrido a la página oficial de la fundación para dar su propia versión de los hechos y negar la información publicada en la revista francesa. Bruni subraya que "la insinuación según la cual se habrían obtenido fondos de socios públicos no tiene ningún fundamento" e insiste en que tiene "una contabilidad limpia". En el comunicado, titulado "Derecho de respuesta", explica que "nunca ha existido" una ayuda del Ministerio francés de Cultura a través del Centro Nacional del Libro y también que la organización ocupa unas oficinas por las que paga alquiler. Sin embargo, no hace alusión al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, que constituye el centro de la línea argumental del artículo.
La primera dama de Francia señala en la nota que su fundación ha conseguido en dos años y medio "cerca de ocho millones de euros de "donantes y socios" que le permiten "llevar a cabo sus acciones", y que de esa cantidad "más de cuatro millones" se han dedicado a "ayudas sobre el terreno". También corrige al semanario al indicar que las acciones de la fundación no se han efectuado en 900 liceos sino con 900 estudiantes de liceo que se han beneficiado de un programa de tutorías, y que se han atribuido 170 becas de estudios superiores hasta ahora.
En cuanto a los reproches de falta de eficacia, admite que en la lucha contra el analfabetismo "otras fundaciones tienen un balance más impresionante que la nuestra" pero no se le puede pedir que sea el mismo con sólo dos años de funcionamiento. Recuerda, al respecto, que ayudan a 800 familias y que en los últimos 18 meses han dedicado unos 800.000 euros a asociaciones especializadas en la lucha contra el analfabetismo. "Algunos podrán considerar eso poco, pero nosotros estamos muy orgullosos de haber hecho tanto en tan poco", sentencia.
Por su parte, el Fondo Mundial también ha negado las informaciones "inexactas y engañosas" de un supuesto mal comportamiento financiero en el que estaría implicada la primera dama francesa, que es una de sus embajadoras. "El artículo hace varias acusaciones infundadas en relación con la campaña que el fondo lanzó en 2010 con el respaldo de la señora Bruni-Sarkozy", señala el comunicado emitido por el fondo, creado hace diez años para luchar contra el sida, la malaria y la tuberculosis. Un portavoz del Fondo Mundial declaró que Bruni había pedido a un amigo, Julien Civange, que la representara y desarrollara un concepto de cómo podría usarse el ocio para difundir la lucha contra el sida. A partir de la idea de Civange, el fondo acordó pagarle a él y a cuatro empleados 580.000 euros en 18 meses para desarrollar la campaña, según las normas del fondo que permiten la otorgación de un contrato cuando un individuo tiene una idea propia. "Como parte del proceso, el señor Civange aportó contribuciones valoradas en 20,4 millones de dólares a través de colocaciones gratuitas en medios, anuncios y trabajo creativo", añadió el portavoz.
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