Aunque la duquesa de Alba y Alfonso Díez se muestren tranquilos y relajados ante su inminente boda, ya se ve mucho movimiento a las puertas del palacio de Dueñas, donde se darán el “sí quiero”, el próximo miércoles 5 de octubre. Ayer lunes, un grupo de operarios empezaron a descargar las vallas que colocarán a las puertas del palacio, donde desde hace unos días ya se congregan cada día decenas de seguidores, muchos con los souvenirs que se venden desde hace semanas en la ciudad, para intentar ver a la aristócrata y al funcionario y darles la enhorabuena por su enlace, que ya está a la vuelta de la esquina. Y es que en Sevilla, donde siempre han tenido un gran cariño hacia la aristócrata, ya se respira un ambiente diferente y esperan con mucha ilusión el gran día, que sin duda pasará a la historia.
Después de un ajetreado fin de semana, en el que doña Cayetana ha visto el menú, ha visitado la fábrica de La Cartuja para supervisar la vajilla que utilizarán y se ha probado por primera vez el vestido de Victorio & Lucchino que llevará el gran día, y además ha ido con Alfonso a ver una corrida de toros en la Maestranza, el funcionario ha regresado a Madrid, donde terminará de preparar todo lo necesario para comenzar su nueva vida en Sevilla. Como explicó doña Cayetana en la entrevista que concedió a la revista ¡HOLA!, tras la boda vivirán en la capital hispalense y allí Alfonso buscará otro trabajo: “Alfonso dejará el Ministerio y viviremos en el palacio de Dueñas, donde, como tenemos muchos amigos, no le será difícil encontrar otro trabajo”. Para él será un gran cambio, pero sin duda muy satisfactorio, ya que llevan mucho tiempo luchando para poder cumplir su sueño de casarse.
A su llegada a la estación de Santa Justa, en Sevilla, donde cogió el AVE con rumbo a Madrid, Alfonso comentó que la duquesa está muy ilusionada y “fenomenal” en estos días previos. También quiso poner fin a los rumores de los que se han hecho eco diversos medios de comunicación, que decían que la pareja tenía pensado adoptar un niño, algo que Alfonso ha tachado de “tonterías”: “Es mentira todo”, decía rotundamente antes de subirse al tren.
Y mientras tanto, la duquesa de Alba ha recibido esta mañana en Dueñas a los diseñadores Victorio y Lucchino, que le han hecho la segunda prueba del traje, que sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de la boda. Sólo sabemos que no será blanco. Dentro de la casa de doña Cayetana coincidieron con la responsable de la floristería Búcaro, que se encargarán de la decoración.