Entre fuertes medidas de seguridad y una nube de periodistas y fotógrafos, José Ortega Cano llegó al juzgado de instrucción número 9 de Sevilla para declarar en calidad de imputado por el grave accidente de tráfico ocurrido el pasado 28 de mayo y en el que falleció Carlos Parra, el conductor del vehículo con el que colisionó.
La expectación era máxima y es que todos querían ver cómo se encontraba Ortega Cano tras varios meses de recuperación en los que a penas se le ha visto desde que abandonara el Hospital Virgen Macarena de Sevilla. De hecho, a su llegada a la Audiencia de Sevilla, el ex torero se mostró algo débil y necesitó la ayuda de su hijo, José Fernando, y su hermano Paco, para salir del coche, un vehículo de alta gama, y sentarse en la silla de ruedas con la que entró en el juzgado. "Estoy muy nervioso, como cualquier persona a la que que le ocurra algo así", aseguró en unas breves declaraciones a los numerosos periodistas que le esperaban a las puertas del edificio.
Ortega Cano declaró como imputado por homicidio imprudente y dos delitos contra la seguridad vial y abandonó el juzgado a las 12:05 horas asegurando que estaba muy tranquilo. "He hecho una declaración justa y honrada y ahora que hablen mis abogados", afirmó y volvió a subirse al coche con la ayuda de su hijo, que le acompañó en la parte trasera del vehículo.
Uno de sus abogados fue el encargado de atender a la multitud de periodistas que se agolpaban en las inmediaciones del juzgado de Sevilla afirmando que en todo momento Ortega Cano había defendido su inocencia asegurando que la noche del accidente ni había ingerido alcohol ni superaba el límite de velocidad permitido. Sin embargo, el ex diestro sí ha hablado de una distracción que podría deberse a la somnolencia causada por algunos medicamentos que toma debido a las aritmias que padece desde hace tiempo, aunque ha asegurado que no recuerda con exactitud los momentos previos al accidente.
Tras sus declaraciones era el turno de los abogados de Carlos Parra, que aseguraron que Ortega Cano se contradice ya que ante el juez aseguró que antes de coger el coché "mojó los labios" en una copa de cava. Una vez más, la acusación se reafirmó en los informes de la Guardia Civil y aseguró que el lunes asistirá ante el juez a un testigo presencial del accidente que vió que Ortega Cano invadió el carril contrario y chocó contra el coche del fallecido.
Dos informes de la Guardia Civil ratificarían el exceso de velocidad
La comparecencia de Ortega Cano se produce después de que los informes de la Guardia Civil entregados al juzgado hayan señalado que el torero invadió el carril contrario por distracción. La "velocidad de colisión" del todoterreno del torero era de 125 kilómetros por hora, mientras que el vehículo contrario, cuyo conductor falleció en el choque, circulaba a 50 kilómetros/hora en una vía limitada a 90 kilómetros por hora.