Los acusados en el juicio por la Operación Karlos han conocido esta mañana el veredicto del juez de la Audiencia Provincial de Cádiz, después de que hace un mes quedara visto para sentencia. Entre los 26 imputados por fraude a la Seguridad Social se encontraban María José Campanario y su madre, Remedios Torres, que han sido condenadas a un total año y 11 meses de prisión cada una, por un delito de estafa en grado de tentativa y otro de falsedad documental. Además, la mujer de torero tendrá que pagar una multa de 1.800 euros y su madre otra de 720 euros. Pero no ingresarán en prisión, ya que según las leyes españolas sin antecedentes y con penas inferiores a 24 meses los acusados podrán sustituir la condena por multas o trabajos en beneficio de la comunidad.
María José siempre aseguraba que tanto ella como su madre eran inocentes, pero el juez finalmente las ha declarado culpables. En la última sesión del proceso judicial, el pasado 10 de junio, María José quiso, al igual que varios acusados, un alegato final, durante el cual perdió la aparente calma con la que entró en el juzgado y con la voz temblorosa dijo: “Me gustaría decir que he llegado hasta aquí, he llegado hasta el final, que he defendido mi inocencia desde el principio y he mantenido mi declaración desde el principio". Y terminó diciendo: “Yo no entiendo ni de leyes ni de pactos, sólo entiendo una cosa: que soy inocente, que no he cometido ninguno de los delitos que se me imputan y así lo he mantenido desde el principio y así lo voy a mantener hasta el final”.
Al comienzo del juicio, el fiscal de la Audiencia de Cádiz solicitó una pena de cuatro años de prisión para la mujer de Jesulín y su madre, que más tarde rebajó a dos años y nueve meses, y que finalmente ha sido inferior. Sin embargo, en inspector médico Francisco Castro Pérez ha sido condenado a nueve años y medio y el conocido como “cerebro de la trama”, Carlos Carretero, a cuatro años.