Un día más, a primera hora de la mañana, los médicos del hospital Virgen Macarena de Sevilla han emitido un parte médico sobre el estado de salud de Ortega Cano, que está en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y sigue “sedoanalgesiado” y persiste su “necesidad de ventilación mecánica, sin otros signos de disfunción ni nuevas complicaciones”. Su situación es similar a la de días anteriores y continúa estable dentro de la gravedad.
El sobrino del torero, una vez más, acompañado por su padre, ha salido a la puerta del hospital para comentar la última hora del estado del torero: “Está igual, tiene una estabilidad buena. Está en el mismo estado pero no ha habido ningún tipo de mejoría”. Ha continuado con fiebre, pero los médicos dicen que “es normal, dentro del proceso que tiene que seguir”.
Desde que le operaron se ha mantenido estable, dentro de la gravedad de sus lesiones, y eso anima a los familiares. Respecto al tiempo que tiene que permaneces en la Unidad de Cuidados Intensivos, los médicos les han dicho que “el plazo lo va a marcar su organismo”. Ahora tienen pensado instalarse temporalmente en la finca Yerbabuena porque desde que ingresó en el hospital están durmiendo en hoteles y allí estarán más cómodos para poder ir cada día a esperar a ver si hay una mejoría. Cuentan que ayer el torero abrió los ojos y que les dio "la sensación de que quería decir algo", pero reconocen que esa sensación es producida por el deseo que tiene toda la familia de que se despierte y deje de estar sedado. También han comentado que está recibiendo muchas llamadas de ánimo, sobre todo de Rocío Carrasco, que llama está llamando constantemente.
Hoy los hermanos del torero han llegado al hospital más temprano que otros días y también lo ha hecho Gloria Mohedano, quien ayer decía que “tienen esperanza y quieren tenerla”, junto a su marido, José Antonio Rodríguez. Paco aseguró que el motivo por el llegaron más temprano es porque se están acondicionando al proceso de los demás pacientes ingresados en la UCI y a los horarios del hospital, para que los familiares de los demás pacientes no piensen que tienen algún trato de favor.
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