Aunque algunos pensaban que el fin de fiesta de la celebración de la Champions en Barcelona estaba en el Camp Nou se equivocaron. El broche de oro al paseo del equipo blaugrana con la copa por las calles de la ciudad Condal fue en el Estadio Olímpico de Montjuic, donde Shakira arrancaba su gira por España (el concierto comenzó con retraso ya que esperó a que llegaran los jugadores). Y es que la artista estaba casi tan contenta como el resto del conjunto y así lo demostró con estas palabras. “Soy tan feliz de estar aquí en Barcelona, sobre todo en un día como este en que hay tanto que celebrar. Espero haceros sentir como en casa porque esto es ahora mi casa” dijo en un perfecto catalán.
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Su buen maestro en este idioma es seguramente Piqué, que no tuvo ningún reparo en subir a escena con una parte de sus compañeros, Xavi, Villa, Pedro, Busquets y Bojan, para bailar junto a su novia el tema Whenever Wherever (en español Suerte). “No me puedo quejar, tengo aquí a la mitad del mejor equipo del mundo” comentó. Como si sólo ellos se hubieran quedado en el escenario, ajenos a los miles de miradas, Shakira y Piqué protagonizaron las escenas más románticas de la noche. Bailes, abrazos y un apasionado beso hicieron las delicias de los seguidores que escucharon una vez más como la colombiana declaraba su amor al deportista utilizando la letra de sus canciones. “A veces, en la vida, cuando menos te los esperas, llega algo, o alguien (añadió), y entonces… Sale el sol” cantó en el tema titulado así o “Soy loca con mi Piqué” dijo en el estribillo de Loca.
La apoteosis llegó con el Waka Waka a cuyo movimiento de caderas se sumó la plantilla al completo. Villa, Messi, Puyol... todos acudieron a la cita con la música y la fiesta acompañados de sus parejas y amigos, que quisieron estar con ellos en una ocasión tan emotiva. Con Puyol estaba por ejemplo su novia Malena Costa que bailó y coreó los temas de la artista.
Los futbolistas habían paseado antes por las calles de su ciudad con la copa de la Champions, su cuarta copa de Europa, para recibir la alegría y los vítores de cerca de un millón de personas, que les homenajearon además por haberse llevado el título de liga. Cansados pero felices, los artífices del triunfo bailaron y corearon los gritos de "campeones, campeones" que les siguieron durante horas hasta el Camp Nou. Allí Puyol pidió a los aficionados que lo celebraran porque “cuesta mucho” ganar estos títulos, mientras que Messi sólo dijo: “La verdad es que no tengo nada que decirles. Simplemente que disfrutemos de esto”. Y así lo hicieron.