Chelsea Clinton y Marc Mezvinsky, ¿quién dijo crisis?

La hija de Bill Clinton y su marido reaparecieron juntos y muy enamorados en la gala anual de la fundación amFAR en Nueva York poniendo punto y final a los rumores de divorcio que han surgido en los últimos días

por hola.com

Dicen que una imagen vale más que mil palabras y prueba de ello son los románticos gestos de Chelsea Clinton y Marc Mezvinsky durante la celebración de la gala anual de la Fundación para la Investigación del SIDA de Estados Unidos (amfAR) que anoche se celebró en el Cipriani Wall de Nueva York. Las imágenes hablan por sí solas: miradas cómplices, cariñosos gestos... Muy sonrientes y cogidos de la mano, así es como la pareja ha querido poner punto y final a los rumores de los que se habían hecho eco algunos medios de comunicación en los últimos días y que apuntaban a un posible divorcio.

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Dicho rumores surgieron cuando Mezvinsky dejó su trabajo para marcharse a esquiar durante tres meses a Jackson Hole (Wyoming). Sin embargo, en la actualidad la pareja vive en Manhattan, donde Chelsea está ultimando su doctorado por la Universidad de Nueva York y donde, hasta hace muy poco, él trabajaba en la firma financiera G3 Capital.

Enamorados como el primer día, la pareja protagonizó una velada en la que Chelsea fue la encargada de pronunciar un emotivo discurso y presentar a su padre, Bill Clinton, que recibió un premio honorífico con motivo del 25 aniversario de la Fundación amfAR. "El trabajo que ha realizado, el que está haciendo y el que seguirá haciendo para la investigación del SIDA es muy valiosa", afirmó antes de fundirse con él en un abrazo y cederle el micrófono. Muy concienciado en la lucha contra esta enfermedad, el ex presidente Clinton habló de la necesidad urgente de poner fin a esta pandemia e hizo especial hincapié en el excelente trabajo que amfAR está realizando en todo el mundo.


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Chelsea y Mark se dieron el 'sí, quiero' el pasado 1 de agosto en una ceremonia de cuento de hadas que tuvo lugar en la Mansion Astor, que se encuentra en una pequeña colina en Rhinebeck, un diminuto pueblo del estado de Nueva York, y a la que asistieron numerosas personalidades del mundo de la política, la comunicación y el cine.