Vestida de negro con un chaleco gris, el pelo estudiadamente revuelto y sin apenas maquillaje. Así apareció anoche Carla Bruni sobre el escenario de la sala Olympia de Paris. Pero el papel que iba a interpretar no era el de Primera Dama. La esposa del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, caminó muy elegantemente hasta el piano y entre los aplausos de los allí presentes interpretó La Noyée, un precioso tema del desaparecido Serge Gainsbourg. Carla Bruni fue la gran sorpresa de la novena edición de los prestigiosos galardones de la música Constantin. Junto al presidente de los premio, Marc Lavoine, fue la encargada de abrir una gala en la que triunfó la cantante de origen bereber Hindi-Zahra.
Por unos minutos, la Primera Dama volvió a revivir sus años como cantante y tras su actuación se dirigió a los organizadores para pedirles un favor: que le volvieran a dar el trofeo que recibió en 2003 cuando fue nominada por su tema Quelqu´un m´a dit. “Lo rompí”, confesó tímidamente. Lo que no confirmó fue si tiene pensado regresar a los escenarios de manera profesional. Muy educada se limitó a desear mucha suerte a todos los nominados y con la misma elegancia con la que apareció regresó a su camerino.
Desde su llegada al Elíseo han sido varias veces las que hemos podido ver a Carla Bruni sobre el escenario. En 2009 participó en el concierto homenaje a Nelson Mandela por su 91 cumpleaños que se celebró en Nueva York y este mismo año la hemos visto trabajar como actriz bajo las órdenes del cineasta estadounidense Woody Allen.