Con Victoria Beckham viviendo en Estados Unidos, Coleen Rooney heredó el trono reservado a las reinas de las WAG (acrónimo que se utiliza en Inglaterra al hablar de las esposas y novias de los futbolistas). Ella ha sido en los últimos años la más popular y querida de las esposas de los jugadores de la selección británica. Coleen tiene 24 años y cuando sólo era una adolescente de 16 empezó a salir con Wayne Rooney, de Liverpool como ella, de su misma edad y a quién conocía desde los 12.
Su relación creció al mismo tiempo que él se forjaba como uno de los grandes del fútbol inglés, primero en el Everton y después en el Manchester, y no faltaban fotografías de Rooney yendo a recoger a su novia con uniforme colegial cuando los días de descanso se lo permitían. La pareja contrajo matrimonio en el 2008 y hace diez meses nació su primer hijo, Kai. La suya era la historia de un matrimonio modélico y la popularidad de Coleen creció como la espuma: se ha convertido en una reconocida colaboradora de televisión, ha tenido columna propia en publicaciones y ha sido imagen de George de Asda, los teléfonos LG y protagonizado DVDs para ponerse en forma.
Sin embargo, el aparente cuento de hadas se ha descubierto esta semana como el nuevo escándalo del fútbol inglés. No el primero, porque van tres en pocos meses, primero fue el divorcio de Ashley y Cheryl Cole, después a John Terry sus problemas familiares le costarán el brazalete de capitán de la selección en la última Copa del Mundo y, ahora, Rooney.
Al parecer, Rooney habría sido infiel a su esposa cuando aún eran novios y también cuando ella estaba embarazada de Kai. El futbolista juega hoy en Suiza con la selección y hasta Fabio Capello, su entrenador, ha salido al paso de la situación de su delantero estrella: “En diferentes momentos, tiene que separar la vida privada del trabajo. Hay que ser fuerte para separarlos”. Capello afirmó que hoy volvería a ser titular, los anunciantes, entre ellos la firma Nike, también le han dado su apoyo pero su esposa ha dejado el hogar familiar para refugiarse en casa de sus padres, en Liverpool, mientras intenta encontrar fuerzas para enfrentarse a la situación y tomar una decisión.