Rafa Nadal sudó para ganar el primer partido del Abierto de Estados Unidos, el único trofeo de un Grand Slam que de momento se resiste a entrar en la vitrina del deportista. Su choque contra el ruso Gabashvili, que duró casi tres horas, se saldó con un 7-6 (7-4), 7-6 (7-4) y 6-3, así que el número uno del mundo se enfrentará con Denis Iztomin en la segunda ronda. El mallorquín aseguró sobre el complicado partido que a todos les cuesta “estar al máximo en la primera jornada”.
Sin embargo él tiene en las gradas un apoyo incondicional y sin duda inmejorable: el de su novia Xisca Perelló. Mezclada entre el público como una más, con una discreta camiseta blanca sin mangas y un foulard azul marino, siguió minuto a minuto un choque de infarto en el que no pudo evitar las expresiones de emoción, nervios y una sonrisa de alivio y alegría cuando terminó. No es la primera vez que ella asiste a uno de sus encuentros, ya que desde que comenzaran su discreta relación hace ya más de tres años se ha convertido en una de sus mayores fans (estuvo ya con él en los comienzos de la temporada).
Este verano les hemos podido ver durante sus habituales días de descanso en su tierra natal, Mallorca, lugar al que Nadal se escapa siempre que puede para recargar las pilas. Este año seguramente el relax le habrá venido fenomenal para continuar con una temporada inmejorable sobre la cancha (ha recuperado el primer puesto del ránking mundial tras haber estado lesionado durante casi un año). Ahora ya ha llegado el momento de volver al a rutina: Rafa a sus partidos y Xisca a plantearse su futuro, puesto que ha terminado ya la carrera de Administración y Dirección de Empresas.