En los días posteriores al Mundial, los jugadores de la selección española se han desperdigado por diversos destinos con un solo objetivo: descansar y reponer fuerzas para la nueva temporada con sus equipos. Mientras los compañeros que no jugaron en Sudáfrica vuelven a correr por el terreno de juego, ellos aún apuran sus últimos días de vacaciones con sus familias, pero también acompañados del inmenso cariño de los aficionados que se encuentran a su paso.
En una playa ibicenca trataban de pasar desapercibidos Pepe Reina y David Villa, tarea harto difícil dado que sus caras son de sobra conocidas por los seguidores de este deporte. Pepe Reina, junto a su mujer Yolanda Ruíz y sus dos hijas Grecia y Alma, ejerció de padrazo con sus niñas con las que se metió en el agua y jugó hasta que se cansaron. Entre firma y firma de autógrafos, se reunió con sus compañeros Piqué, Llorente y Villa, que también estaba con su mujer Patricia y sus hijas. Todos comieron en una terraza cercana a la playa antes de continuar con su jornada en la arena.
No es la primera vez que encontramos a estos deportistas en aguas de Ibiza ya que es una isla a la que regresan cada año para alejarse del trabajo. Villa, que tiene una casa en la zona, se enfrenta esta temporada a un nuevo reto, el de jugar en el Barça, equipo que sigue a las órdenes de Pep Guardiola. Reina por su parte volverá a Inglaterra para incorporarse a las filas del Liverpool.
Y mientras parte de la 'Roja' se relajaba en aguas nacionales, Íker Casillas y Sara Carbonero cruzaban el Atlántico para disfrutar de unas idílicas vacaciones en la costa de California. Convertidos ya en los 'novios del Mundial, la pareja decidió trasladar su pasión ibérica lejos de nuestras fronteras, otra manera de dar forma a su particular 'sueño americano'.