La familia Bush asiste a la boda de John Ellis Bush Jr. y Sandra Mary Algudady en Miami
La primavera es tiempo de bodas y el clan Bush ha vivido una este fin de semana. John Ellis Bush Jr., de 26 años e hijo menor del ex Gobernador de Florida Jeb Bush, se ha casado con Sandra Mary Algudady, de 30. Un enlace, rodeado por fueres medidas de seguridad, que reunió el pasado sábado por la tarde a tres generaciones de su familia.
A la ceremonia matrimonial de “Jebby”, como le llaman cariñosamente sus familiares y amigos íntimos, no faltaron los ex presidentes de Estados Unidos George H. Bush y George W. Bush, abuelo y tío del novio respectivamente. Tampoco se perdieron el feliz acontecimiento en la Iglesia Católica de St. Jude en Miami las ex primeras damas, Bárbara y Laura Bush, así como las hijas de ésta última.
La boda y posterior celebración sirvieron de excusa a las mujeres de la familia para lucir sus mejores galas. Laura Bush, tía política del novio, y sus hijas, Bárbara y Jenna, eligieron vestidos cortos con falda por encima de la rodilla. Por su parte, los ex Presidentes fueron de traje - el mayor de blanco y su hijo de azul marino- y ambos con corbatas en tono azul.
Algunos invitados acudieron a la iglesia en limusina. George H. Bush, de 85 años, y su mujer llegaron escoltados por dos coches patrulla de Miami-Dade. Al abandonar su vehículo, se le vio ayudándose de un bastón para caminar. El padre del novio hizo su aparición media hora antes de que diera comienzo la ceremonia vestido con un traje oscuro.
El canon de Pachelbel dio comienzo a la ceremonia, según el programa de boda. La novia caminó hasta el altar del brazo de su padre y padrino, Paul Joseph David. George P. Bush, hermano del novio, fue su “best man” o padrino de honor, es decir, el encargado de asegurarse de que todo saliera bien ese día. No hubo, por tanto, madrina de boda.
El día anterior la familia cenó en The Rusty Pelican, un restaurante de Cayo Vizcaíno especializado en mariscos, como ensayo de la cena de boda del día siguiente. También entonces hubo fuertes medidas de seguridad para los 120 invitados. Alrededor de 30 agentes del Servicio Secreto se encargaron de vigilar un salón privado en la segunda planta.