El presidente francés, Nicolás Sarkozy, acompañado de su esposa Carla Bruni, llegó ayer a China con el objetivo de mejorar las relaciones bilaterales con el país asiático después de año y medio de tensiones por la cuestión de Tíbet. Tras visitar la ciudad de Xi'an, la antigua capital imperial china, el Presidente y la Primera Dama tuvieron un encuentro con el presidente chino, Hu Jintao.
Este es el segundo viaje de Sarkozy a China y el primero para Bruni, que se quedó maravillada con la calurosa bienvenida y la cultura del país. Marcando una vez más estilo, la Primera Dama francesa eligió para este encuentro un entallado vestido negro sin mangas que realzaba aún más su ya estilizada figura y que combinó con unas veraniegas sandalias de rejilla del mismo color.
Sin separarse ni un solo momento de su marido, Carla se convirtió en el centro de todas las miradas y consciente de ello no dudó en posar con una de sus mejores sonrisas para los medios gráficos.
La pareja, que durante su estancia en China realizará un minucioso recorrido cultural, por lo pronto ya han visitado mausoleo del emperador Qin Shi Huang, culminó su ajetreado día de reuniones y de encuentros con una cena de gala en el Gran Palacio del Pueblo de Beijing donde Carla Bruni se quedó con la boca abierta al oír entonar a la orquesta del ejército de la República Popular dos de los temas de su primer álbum, Quelqu´un m´a dit (2002).
Bruni, que aparte de su faceta como modelo y cantante incorporará en los próximos meses la de actriz, tras aceptar ponerse a las ordenes del director Woody Allen en su nueva película, Medianoche en París, confesó sentirse “deslumbrada” por el país.
La visita de tres días del mandatario francés y su esposa culminará con la apertura de la Exposición Universal de Shanghai, que se celebrará en la noche del 30 de abril.