El Presidente francés Nicolás Sarkozy y su esposa, la Primera Dama Carla Bruni, siguen acallando con sus gestos de amor los rumores que apuntaban a una posible crisis matrimonial. Si bien la semana pasada estos rumores quedaban más que sofocados con su reaparición pública en la cena de gala en honor al Presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, y su esposa, Svetlana, ahora han vuelto aparecer, esta vez para votar en las elecciones regionales de Francia, haciendo gala de la complicidad y el cariño a los que nos tienen acostumbrados.
De la mano y sonriendo han aparecido esta mañana para votar en uno de los distritos más exclusivos de París. Y es que esta pareja está compenetrada hasta en su forma de vestir. Ambos iban muy combinados luciendo sendos trajes de chaqueta y pantalón que se diferenciaba, de líneas impecables y discretos colores.
La Primera Dama es uno de los grandes apoyos del mandatario francés, pero no sólo en lo personal, sino también en lo profesional. En estos momentos en los que el partido de Sarkozy, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), no parte como gran favorito para ganar estos comicios, Bruni no se separa de su marido y es su colaboradora más incondicional. La señora Sarkozy ha adoptado muy bien su papel de esposa del Presidente galo y hace gala de su elegancia y saber estar en cada acto, sea o no oficial.