Llevaba en paradero desconocido desde que saltó el escándalo de sus infidelidades a raíz del accidente de coche que sufrió el pasado mes de noviembre y ahora, Tiger Woods ha sido localizado en una clínica especializada en el tratamiento de adicciones sexuales, Pine Grove Behavioural Health and Addiction Services, en Hattiesburg (Mississippi), en la que lleva ingresado tres semanas. Según asegura el diario National Enquirer, ingresó el pasado 30 de diciembre, día en que cumplió 34 años.
Con pantalón corto, camiseta, una gorra, una sudadera con la capucha puesta para ocultar su rostro y un vaso en la mano se ha dejado ver Tiger Woods, mientras paseaba por el interior de la clínica, poniendo fin así a la incógnita de su paradero.
El mejor golfista del mundo está siguiendo el programa Gentle Path, que imparte el doctor Patrick Carnes, uno de los médicos especializados en adicción sexual más prestigiosos de América. Se trata de un programa intensivo de seis semanas, durante las cuales sigue rigurosamente una terapia de ocho de la mañana a cuatro de la tarde, en la que, además de participar en terapias de grupo, tiene encuentros espirituales, meditación y un par de horas de yoga. El precio de este tratamiento es de aproximadamente 42.500 euros y según las estadísticas del centro, después de seis semanas de terapia el 64 por ciento de los pacientes no vuelve a recaer.
Dentro de este programa también se incluye la visita de las parejas. Elin Nordegren deberá acudir un día al centro para que Tiger le confiese a la cara todas sus infidelidades y mentiras. La mujer del golfista, que la semana pasada ya se dejo ver sin su anillo de casada, al parecer se encuentra en un lujoso apartamento cercano en la clínica, que ha alquilado Woods para que ella y sus dos hijos, Sam, de dos años, y Charlie, de seis meses, estén cerca de él.
Según afirma la prensa inglesa, con este tratamiento el golfista, además de intentar salvar su matrimonio, quiere demostrar al público que quiere cambiar y que está arrepentido por su comportamiento.