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Los inquilinos de la Casa Blanca ya pueden empezar a pensar cómo van a decorar el árbol de Navidad. Este mismo fin de semana, Michelle Obama y sus hijas, Malia y Sasha, recibían con ilusión en su domicilio el abeto que habían elegido. Montado en un tradicional carro llegaba el árbol, que será instalado en el Pórtico Norte de la residencia presidencial.
Las tres le daban la bienvenida muy ilusionadas. A buen seguro que más de un peatón que andaba por la zona quedó impresionado con la aparición del gigantesco abeto, que fue trasportado en un carro de madera, adornado con lazos rojos de terciopelo y con su propio cochero, que dirigía a un par de caballos con mano firme.
Éstas serán las primeras navidades, que los Obama festejen en su nuevo hogar. Pero hasta que llegue el final de diciembre, siguen haciendo su vida normal. Eso sí, repleta de actividades. Como muchos fines de semana, Barack y Michelle han acudido a un partido de baloncesto en familia. Y esta vez, el Presidente de Estados Unidos se ha llevado hasta su suegra, Marian Robinson, que también vive con ellos.
El encuentro enfrentaba a los equipos George Washington University y Oregon State Beavers y Obama, que disfrutó de unas sabrosas palomitas de maíz, nos regaló toda una secuencia de muecas -de alegría y también de enfado-, que arrancaron más de una sonrisa entre los espectadores. Comprensible si tenemos en cuenta que el entrenador de los de Oregon es el hermano de Michelle, Craig Robinson, que logró la victoria para su equipo.
Además, esta ha sido una semana muy especial para el equipo ya que han tenido la oportunidad de visitar la Casa Blanca. "Quería que estos chicos tuvieran la experiencia de conocer la historia que rodea uno de los edificios más emblemáticos del mundo. Fue una experiencia especial y espero que no la olviden nunca", afirmó su entrenador en su página web.
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