Durante unas horas Carla Bruni se olvidó de encuentros de estado y cenas de gala para volver al colegio. No a uno cualquiera sino a la escuela primaria de Olympe de Gouges, un centro que se encuentra en un barrio de Gagny en el que se desarrolla una iniciativa muy “melódica”. Con el fin de evitar que la delincuencia juvenil se adueñe de las calles, se anima a los alumnos a que ingresen en un coro, que cuenta con el apoyo de Radio Francia.
Siguen así los pasos del colegio La Fontaine, del XVI barrio de París, que también ha adoptado este método. Sin previo aviso, la Primera Dama de Francia entró en una de las aulas llena de alumnos que recibían una lección de canto. Seguramente y dado que ella es una experta en este tema y que el trabajo de su fundación se dedica a facilitar precisamente eso, el acceso a la cultura, les dio algunos consejos sobre cómo mejorar. Los niños, encantados con una visitante tan ilustre y tan cercana, le hicieron regalos y la obsequiaron con lo mejor que puede dar un niño: un beso y una sonrisa.
“Buscamos un modelo, un ejemplo de desarrollo para mi fundación, y esta escuela es uno extraordinario” comentó la esposa de Nicolás Sarkozy. Casualmente él también estuvo en esta zona días antes hablando de seguridad, algo que la Primera Dama aseguró que no estaba entre los objetivos de su visita. “No hago política, no me interesa. Lo que me interesa es el ser humano, el arte, la cultura, el hecho de que una vida pueda cambiar gracias a la música, creo en ello de todo corazón” explicó.
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