Silvio Berlusconi y Veronica Lario siguen batiéndose en duelo a la luz de los focos. Ahora se enfrentan armados de leyes en el asalto final: su causa de divorcio. Y es que la segunda esposa del mandatario italiano ha presentado ante los tribunales un "recurso individual de separación con cargos", según reveló ayer el diario Corriere della Sera citando fuentes cercanas a las partes. Un revés legal que elimina toda posibilidad de proceso amistoso y alejado del cuadrilátero mediático como era pretensión de Berlusconi, que estos días lucha para esquivar otros golpes de la justicia. Ninguna de las dos partes han confirmado que se haya presentado la demanda, pero de hacerlo la petición de la separación con cargos llevaría pólvora, según explicó al periódico la abogada matrimonialista Anna Galizia Danovi, ya que busca "sensibilizar al juez sobre la gravedad de los comportamientos mantenidos por el cónyugue en las relaciones familiares".
Verónica Lario dio a conocer su intención de divorciarse el pasado mes de mayo tras algunos escándalos sexuales relacionados con su marido. Desde entonces, sus abogados han estado preparando el recurso, especialmente complicado por la repartición de la herencia de uno de los hombres más ricos de Italia y propietario de algunos de los grupos empresariales más potentes del país, con Mediaset, Mediolanum, y Mondadori. Verónica quiere asegurar que Barbara, Eleonora y Luigi, que son los tres hijos que ha tenido con Berlusconi, serán tratados en igualdad de condiciones que los primogénitos Marina y Pier Silvio, fruto del primer matrimonio de Berlusconi, que ocupan importantes cargos en las empresas del grupo y, probablemente, intentarán hacer valer esta prerrogativa. Habrá batalla legal.