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Arantxa de Benito ha aprovechado el fin de semana para congregar a sus mejores amigos en su divertidísimo cumpleaños. La presentadora ha celebrado su 40º aniversario con una fiesta en la que la mayoría de sus asistentes acudieron disfrazados. Algunos de los mejores caracterizados fueron Ana Obregón, que se vistió como la Madonna más auténtica, el actor Manolo Cardona, que rindió su particular homenaje al Rey del Pop -con sombrero y guante blanco incluído- y su compañero en Sin tetas no hay paraíso, Alfonso Baptista, que emuló a Elvis Presley.
La propia anfitriona también estaba impresionante como una auténtica damisela del Moulin Rouge. No obstante, la competencia fue dura por ser el más original y genuino. Muy difícil se lo puso el grupo integrado por Álvaro Muñoz Escassi, Israel Bayón y Rosauro Baro, que tiraron de pelucas y camisetas del grupo Los Ramones. Entre los chicos, también destacaron los hermanos Vivancos, que se inspiraron en la película de Fiebre del sábado noche para disfrazarse.
Aunque una de las invitadas más originales fue sin duda Mariola Orellana, que iba de ella misma -representante de artistas- junto a una 'falsa' Rosario Flores. Se inspiró también en el mundo musical Natalia, de OT, que quiso rendirle su particular homenaje a Paulina Rubio. Y Mónica Hoyos se presentó de lo más sensual con un look totalmente ochentero, marcado por las transparencias, las tachuelas y el vinilo de La Movida.
Sin embargo, hubo amigos de Arantxa de Benito que dejaron los disfraces en el baúl, como Boris Izaguirre, el nadador David Meca y una de sus mejores amigas, Estefanía Luyk.