La avenida de Pennsylvania es famosa, entre otras cosas, por albergar la mansión más famosa de todo el mundo,la Casa Blanca. No muy lejos de allí, tan sólo a unos minutos andando, se alza la plaza Farragut, que no hace demasiado tiempo, era el mercado más importante de la ciudad de Washington para comprar o vender esclavos.
Cuando Barack y Michelle Obama ganaron las elecciones presidenciales, un halo de esperanza y justicia llenó de orgullo al pueblo americano. El hecho que un presidente negro habitara la Casa Blanca suponía un cambio sin precedentes en la lucha por la igualdad racial en los Estados Unidos, donde hace tan sólo 40 años, las personas de color no podían sentarse en la parte delantera de un autobús público o ni siquiera eran aceptados en numerosos centros o comercios de las ciudades, especialmente en la zona sur del país.
Lo que nadie imaginaba cuando los Obama llegaron a la Casa Blanca, era que la Primera Dama, Michelle Obama, tenía entre sus antepasados, a esclavos que sufrieron en primera línea, las desigualdades e injusticias que provocaron el racismo.
Un estudio llevado a cabo por la experta en genealogía Megan Smoleynak con el diario The New York Times nos revela el árbol genealógico de Michelle Obama y nos presenta a Melvinia, madre de los tatarabuelos de Michelle Obama y que alrededor del año 1850, costaba 475 dólares.
Su dueño o propietario era un granjero del estado de Carolina del Sur llamado David Paterson, quien al morir, dejó escritas todas sus posesiones en un testamento, donde también estaban incluidos los esclavos que eran de su propiedad.
Cuando en 1852, Paterson falleció, se repartieron las posesiones entre sus hijos, incluyendo a los veintiún esclavos que trabajaban para él. Melvinia acabó en casa de una de las hijas de Paterson, de nombre Christianne, que se llevó a la pequeña esclava al estado de Georgia, donde vivía con su marido Henry Shields.
Unos años después, cuando Melvinia tenía cerca de quince años de edad, tuvo un hijo junto a un hombre blanco, al que bautizaron como Dolphus T. Shields. Esta práctica era habitual en la América de los esclavos. Las personas de color, valían dos tercios de los que valía un hombre blanco y los dueños de granjas donde trabajaban esclavos, a menudo abusaban de sus esclavas y en más de una ocasión, tenían hijos con ellas.
Dolphus T. Shields, tatarabuelo de Michelle Obama, era entonces hijo de un granjero blanco y de una muy joven esclava de color. Se trasladaron a vivir a Birmingham, en Alabama.
Posteriormente, tuvieron un hijo, Robert Lee Shields quien junto a su mujer, Anne Estelle Lewis, se mudaron a Chicago para buscar una vida mejor, fuera del problema racial que aún se respiraba en Alabama.
Ya en Chicago, la hija de Robert y Anna Shields nacía bajo el nombre de Rebecca Jumper, abuela materna de Michelle Obama. De este matrimonio nació Marian Loids Shields, quien aún vive y es la madre de Michelle.
No ha pasado mucho tiempo desde que Melvinia trabajaba como esclava en tierras de Carolina del Sur. A día de hoy, se ha acortado enormemente la línea que separaba a gente de color de gente blanca, aunque aún quedan zonas en las que se critica la igualdad de derechos entre razas.
La historia de Melvinia es la historia de América, más viva que nunca desde que la hija de su tataranieta, es la que manda en la Casa Blanca.