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Los preparativos de boda agotan y preocupan a cualquier novia e Ivanka Trump no está siendo una excepción. La hija de Donald Trump no ha dado a conocer la fecha de su enlace con el editor Jared Kushner pero sí que está emocionada y nerviosa con todo lo que le queda por hacer.
Su fiesta de despedida de soltera, las pruebas del vestido de novia, la organización de la fiesta, y todo a lo grande, al más puro estilo Trump. La primera prueba del traje de novia fue el pasado 13 de agosto. Ivanka salió contenta de su visita a un taller de Manhattan y antes de las tres de la tarde ya estaba en la oficina desde la que ejerce como vicepresidenta de la empresa familiar. Prefiere reservar el nombre del diseñador aunque no hay que olvidar que entre sus favoritos están Óscar de la Renta y Carolina Herrera.

En su página de Twitter, Ivanka se desahoga y confiesa a sus seguidores: “Mantra para la organización de la boda: relax, es sólo otra fiesta, sólo otra fiesta, sólo otra fiesta”. Y sí es otra fiesta aunque se espera como la boda del año para la sociedad neoyorquina. Ivanka ayudó a su madre, Ivana, a organizar su cuarta boda, con el italiano Rossano Rubicondi, así que seguro que la experiencia le es ahora de mucha ayuda.
Y aún hay más. Le tiene muy intrigada la despedida de soltera sorpresa que están organizando sus amigas y confiesa que no para de darle vueltas intentando adivinar como va a ser. Quizás para no desviarse de los preparativos, este verano no ha viajado a la Costa Azul con su madre como ha hecho otros años. Ha preferido quedarse en Nueva York y conformarse con escapadas de fines de semana a los Hamptons y a Alaska para pescar. Su prometido cuenta con la total aprobación de su padre, Donald Trump, que ha desvelado que antes de pedir matrimonio a Ivanka, le pidió a él la mano de su hija: “Me pareció adorable. Es un chico estupendo, brillante y buen chico”.

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