Athina Onassis ha colgado el cartel de “se vende” en la isla Skorpios, un pequeño paraíso en medio del Mediterráneo que heredó de su abuelo, Aristóteles Onassis, quien la compró al Estado griego en 1963. No se trata de un lugar de vacaciones cualquiera, ya que ha sido el escenario de importantes capítulos de la vida de su familia. Además de que allí están enterrados Aristóteles Onassis y sus hijos Alexander y Cristina, madre de Athina, el magnate griego vivió en esta residencia con la cantante de ópera María Callas y se casó con Jackie Kennedy.
Parece que para Athina, Skorpios ha perdido el valor sentimental y la joven heredera, de 23 años, no está dispuesta a seguir pagando el millón y medio de euros que le cuesta mantener este pequeño paraíso familiar, que se encuentra muy desaprovechado desde que murieron Aristóteles y sus hijos.
Según algunos medios de comunicación de Grecia, pedirá por ella alrededor de 110 millones de euros y ya hay algunos multimillonarios interesados como el magnate Roman Abramovich, la cantante Madonna o el fundador de Microsoft, Bill Gates.
El deseo de Athina de vender la isla se opone a la última voluntad de su abuelo, fallecido en 1975, ya que, según asegura la prensa griega, en su testamento dejó claro que no permitiría la venta de la isla, y que caso de que ni sus herederos ni el Estado griego pudieran mantenerla, pasarían a formar parte de la empresa Olympic Airlines, en la que estuvo al mando durante 20 años, para el uso y disfrute de sus empleados. ¿Se terminará cumpliendo la voluntad de Onassis?
Skorpios no es el único legado de su familia del que ha querido deshacerse la heredera. El año pasado subastó 44 joyas que pertenecieron a su madre, por las que consiguió casi nueve millones de euros y en 2006 puso en venta el lujoso apartamento situado en el corazón de París que su abuelo adquirió en los años sesenta y donde Athina vivió la mayor parte de su infancia.
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