Si ayer la Policía declaraba a Kate McCann, madre de Madeleine, sospechosa oficial de la desaparición de su hija, hoy le ha tocado el turno a su marido, Gerry McCann. Ocho horas de interrogatorio -justo la mitad que las de su esposa- fueron necesarias para que la sombra de la duda se extendiera también sobre el progenitor de la niña británica desaparecida el 3 de mayo en Portugal. Así, en medio de la consternación y el asombro de la mayoría, las investigaciones llevadas a cabo en las últimas semanas han dado un giro inesperado, culminando con la repentina incriminación del matrimonio McCann en la 'muerte accidental' de Maddie. Bajo la ley portuguesa, declarar sospechosos a los padres de Madeleine significaría que la policía cree que ambos podrían haber estado involucrados en el crimen, pero no significa necesariamente que vayan a ser detenidos.
Una vez concluido el interrogatorio de Gerry, el abogado de la pareja, Carlos Pinto, declaró que a partir de ahora y hasta nueva orden, Gerry y Kate tienen la obligación de comunicar sus ausencias a la Policía. Además, el matrimonio no podrá abandonar el país ni su residencia habitual de Portugal más de cinco días sin autorización policial. Según un portavoz de la familia, las más de ocho horas de interrogatorio han sido "frustrantes" para Gerry McCann, de 39 años, "que lo que más quiere es a su hija". Sin embargo, y según la misma fuente, el padre de Madeleine -quien sonrió en varias ocasiones a la salida de las dependencias policiales- se siente "fuerte y animado". El matrimonio de médicos británicos entró y salió de las instalaciones policiales en medio de un pequeño tumulto de fotógrafos y cámaras de televisión y entre algún abucheo sin hacer ningún tipo de declaración a la prensa.
Diversas hipótesis
La prensa portuguesa se ha hecho eco en las últimas semanas de varias filtraciones de la policía que involucraban al matrimonio McCann en diversas hipótesis sobre la muerte de Madeleine, desde un accidente violento a la administración de medicinas o tranquilizantes. Las investigaciones empezaron a centrarse en los padres de Madeleine desde el pasado miércoles, día en que las autoridades recibieron los resultados de las pruebas forenses recuperadas del apartamento del Algarve, en el sur de Portugal, en el que pasaban las vacaciones y lugar donde Madeleine desapareció hace cuatro meses. En dicho apartamento, los perros detectaron pequeños restos de sangre y olor de cadáver y en efectos personales del matrimonio. El rastro de cadáver detectado ha llevado también a las autoridades a analizar fibras de un sofá del apartamento donde dormía Madeleine y del peluche favorito de la pequeña, el mismo con el que su madre, Kate McCann, ha comparecido en los últimos interrogatorios.