La negociación de su divorcio se ha llevado en el más absoluto secreto y eso que la ruptura matrimonial entre el multimillonario. Roman Abramovich y su mujer, Irina, estaba más que cantada desde hacía meses. Intentando evitar que la atención se centrara en ellos, el pasado octubre se apresuraron a desmentir a través de un comunicado que estuvieran separados y en proceso de divorcio. Y todo para proteger unas negociaciones que han debido de ser de lo más arduas y que podrían haber dado lugar al divorcio más caro del mundo.
¿El divorcio más caro de la historia?
Llegar a un acuerdo no ha tenido que ser fácil. No en vano, Abramovich no tenía ni siquiera trabajo cuando conoció, hace quince años, a Irina. Ella estaba empleada como azafata en la aerolínea Aeroflot y fue la encargada de mantener a la familia en los primeros años. La situación ha cambiado tanto que ahora él ocupa el puesto número 16 en la lista de las mayores fortunas del mundo que cada año publica la revista norteamericana Forbes. Ante semejante fortuna, no extraña que lo que era un secreto a voces quisieran llevarlo en la mayor intimidad posible y siempre bajo el consejo de un nutrido grupo de asesores.
La fortuna de Abramovich se ha estimado por Forbes en más de 16.000 millones de euros y su esposa, Irina, podría haber obtenido la mitad. Ellos han optado por no aclarar cuales han sido las bases de la ruptura. A día de hoy, la máxima cantidad obtenida en un divorcio ha sido de 1.000 millones de euros por lo que este divorcio podría multiplicar con creces esa cifra e Irina podría haber conseguido la escalofriante cantidad de más de 8.000 millones de euros.
Roman en París con Daria
Un día antes de que se hiciera público que ya estaba divorciado, Abramovich era visto en París junto a Daria Zhukova. Daria, de 24 años, es hija de un amigo del empresario, también es rusa y fue novia del tenista Safin. La bella joven vive habitualmente en Londres aunque el pasado octubre -cuando salieron las primeras informaciones sobre el posible divorcio- abandonó el Master que estudiaba y puso rumbo a Moscú.
La relación, sin embargo, no se ha roto como demuestra el hecho de que pasaran unos días juntos en la capital del Sena. Amigos del matrimonio, en cambio, aseguran que la crisis entre los Romanovich es anterior a la aparición en la vida de Roman de Daria.