La vida de Carmen Martinez-Bordíu ha dado un giro radical. A causa del continuo interés mediático que ha suscitado su ruptura con el arquitecto italiano Roberto Federici, y no sintiéndose dispuesta a ser permanente objetivo de las cámaras de televisión, acaba de poner a la venta su casa de Sevilla y ha decidido establecerse en Paris. Y es en la capital francesa, en la que prácticamente acaba de aterrizar, donde conversamos con ella de esta nueva vida que ahora comienza, y donde nos explica los motivos que la han llevado a tal cambio, cuando, en realidad, hasta hace poco más de un mes todo lo tenía planeado para quedarse a vivir en la capital hispalense.
¿Estas en Paris...como de paso o para quedarte?¿Dónde ha quedado tu Sevilla del alma, Carmen?
Desde hace tiempo, mi intención era trasladarme a vivir a Sevilla ,cuando mi hija cumpliera la mayoría de edad, porque es la ciudad que a mì me gusta. Lo retrasé un año porque romper el cordón umbilical de tantos años cuesta mucho, pero, ya por fin, tras la boda de mi hijo Luis me quise instalar en mi casa del barrio de Santa Cruz. Sin embargo, al producirse los cambios de todos conocidos que han surgido últimamente en mi vida sentimental, me he visto sometida a tal acoso mediático que, como siempre que me ocurre ese tipo de cosas, decidí volver a refugiarme en Paris.
Daba la sensación, al principio, de que creías que ibas a poder soportar ese vendaval de cámaras de televisión y de paparazzis.
La verdad es que, en un principio, pensé que las cosas se calmarían. Pero me he dado cuenta de que no es así. Y entonces sencillamente he puesto en venta mi casa de Sevilla y me he vuelto a Paris porque yo no puedo estar con todo el mundo metiendo la nariz en lo que a nadie le importa.
Eres más bien un poco drástica ¿no crees?
No sé, pero lo cierto es que llegas a una edad en la que te tienes que acoplar a las circunstancias. Yo tengo ya casado a mi hijo mayor, mi hija es mayor de edad con sus estudios y haciendo su vida, y ahora me toca pensar en mi vida y creo que, con cincuenta y tres años, ya tengo derecho a elegir la forma en que realmente quiero vivirla. Y, si no me encuentro cómoda en un sitio, pues gracias a Dios tengo las posibilidades de moverme y elegir otro.
París ha sido mi segunda patria
Pero en Sevilla tienes también tu finca...¿O es que piensas en un largo exilio en Paris?
No, no, yo no lo considero, en primer lugar, como un exilio porque para mi Paris ha sido siempre digamos que como mi segunda patria, o no segunda ciudad, y mientras no pueda vivir en mi país tan cómodamente como vivo en el extranjero, pues seguiré aquí. Lo que no soy es masoquista.
Hasta que pasó lo que pasó- tu ruptura con Roberto Federici- vivías cómoda efectivamente.
Cierto, hasta que no pasó esto me sentía muy cómoda, sí.
¿Decidiste muy rápidamente lo de dejar Sevilla y poner a la venta el piso?¿Tu piensas las cosas de un día para otro?
Yo pienso...el día a día, sobre todo en ahora que ya no tengo a nadie que dependa de mi.
Cuando tomas una decisión ¿no sueles dar marcha atrás nunca?
No me ha ocurrido nunca. Es decir, nunca he dado marcha atrás, pero tampoco se puede decir nunca de esta agua no beberé. Lo que sucede es que generalmente nunca paso hacia atrás las páginas porque lo que está, está.
¿Y eres de pensar mucho las cosas o actúas por instinto, por pálpitos?
No diría que actúe por pálpitos. Pero si diré que soy una persona más de instinto que de reflexión, y la verdad es que guiándome por el instinto no me he equivocado la mayor parte de las veces. Por otra parte, lo que a mi no me gusta es andar mareando la perdiz.