Qi significa energía, aire, fenómeno dinámico, inherente a todo lo que existe. Se habla del Qi del universo, de la naturaleza. También nuestro cuerpo está dotado de Qi. Gong se traduce como disciplina, entrenamiento, trabajo. Ambas acepciones juntas, Qi Gong, definen un arte corporal y mental chino, que utiliza ejercicios en movimiento, estáticos, automasajes y cuidados terapéuticos para despertar los flujos de energía del organismo y devolver el equilibrio. Estos ejercicios, por lo general, son lentos y sincronizados con la respiración.
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Automasaje del rostro
Para que puedas iniciarte en esta técnica de la medicina tradicional china, hemos seleccionado varios ejercicios para el rostro que propone el doctor en medicina Yves Réquéna en su libro Qi Gong Anti-age (ed. Kairós), y que te ayudarán a retrasar los signos del envejecimiento si los practicas con regularidad.
Comienza todos los ejercicios frotando las manos y hazlo cada vez que empieces un nuevo masaje. Debes frotarlas entre sí lentamente, apoyando ligeramente las palmas de una sobre la otra para obtener calor y atraer el Qi. Al mismo tiempo, concéntrate en los puntos Lao Gong (en el centro de la palma) y en la punta de los dedos.
Imágenes por: Zoé, Fotolia, Phovoir
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Automasaje de rostro
Comienza esta serie de ejercicios de automasaje para la cara por todo el rostro. Baja las manos por la frente, los ojos y las mejillas, por la boca hasta el mentón.
A continuación apártalas y súbelas por los costados, las mandíbulas, las orejas y las sienes.
Para terminar, apoya ligeramente al bajar las manos hacia la barbilla y hazlo con más fuerza al subir. Practica este ejercicio entre 10 y 15 veces.
Automasaje del cuero cabelludo
Tras haberte frotado las manos, haz el gesto de peinar con los dedos con fuerza el cuero cabelludo y realiza pequeños tirones, de delante hacia atrás, para despegar el cuero cabelludo del cráneo. Repite el movimiento 15 veces.
A continuación, con la uñas hundidas en el cuero cabelludo, avanza sin dar tirones, muy lentamente, arañando con más o menos fuerza el cuero cabelludo (repite15 veces).
Automasaje de frente
Frótate las manos para calentarlas. A continuación, coloca una mano sobre la frente y masajea suavemente, como si la estuvieras secando. Deja la otra mano apoyada sobre el pecho.
Haz el mismo ejercicio pero ahora con la otra mano. Intenta realizar los movimientos con suavidad. Repite el mismo ejercicio 15 veces cada mañana.
Automasaje de ojos
Tras haberte frotado las manos para que se calienten, deposítalas sobre los ojos. Este ejercicio será de gran ayuda tanto para canalizar la energía como para devolver la serenidad en momentos de estrés. Hazlo con los ojos cerrados para una mayor concentración.
Ahora aleja las manos hacia las sienes, frotando toda la superficie de los ojos, los párpados y las cejas.
Automasaje de nariz
Tras haber calentado las manos, frota los bordes de la nariz con los índices, de las aletas a la raíz, ida y vuelta. Es decir, como si subieras hacia la frente y vuelta a bajar. Repite el ejercicio 30 veces.
Automasaje de labios
Tras haberte frotado las manos, deposita un dedo índice, a lo largo, sobre el labio superior, a medio camino entre la nariz y el labio; coloca el otro por debajo del labio inferior, en la fosa del mentón.
Masajea 15 veces con movimientos suaves. Una vez hayas acabado, repite pero invirtiendo la posición de los dedos: el de arriba pasa abajo y al contrario. Masajea 15 veces más.
Automasaje de orejas
Tras haberte frotado las manos, pasa cada oreja entre el dedo anular y el dedo corazón de cada mano. Recuerda realizar estos movimientos con los ojos cerrados, para facilitar la concentración, y acompañándolos con el control de la respiración.
Masajea con vigor de abajo arriba y de arriba abajo (30 veces).
A continuación, deposita las manos planas sobre los pabellones de las orejas y masajea hacia delante y hacia atrás y de atrás hacia delante doblando los pabellones (30 veces).
Repite el masaje pellizcando el pabellón entre el pulgar y el índice. Hazlo con cada oreja 15 veces.
Masajea el palacio del viento
Tras haberte frotado las manos, masajea con el pulgar, con la punta del pulgar o con todos los dedos, el punto de acupuntura situado a derecha y a izquierda de la cabeza, bajo el occipucio, sobre la nuca, en un hueco profundo. Apoya con fuerza 30 veces o girar apoyando con fuerza