No siempre podemos ir al gimnasio o entrenar en casa como desearíamos, la vida tiene momentos en los que por trabajo, enfermedad o responsabilidades familiares nos es imposible seguir con el ritmo de entrenamiento y ejercicio físico. Cuando eso ocurre lo habitual, es que nuestro organismo acuse la falta de ejercicio y que perdamos forma física de forma evidente y muy rápida.