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Toda clase de ejercicio potencia tu mente

Muchos son los estudios científicos que han destacado la función reguladora de la mente que tiene el ejercicio físico. Cuando nos movemos también estamos desplazando nuestras ideas, creando dinámicas de concentración, de pensamiento y de positividad. Los efectos del ejercicio son químicos, porque potenciamos hormonas favorecedoras del placer y la concentración, y también gozamos de beneficios físicos cuando mejoramos nuestra resistencia, nos sentimos con mayor agilidad y perdemos peso.

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El deporte beneficia también a tu mente

Que quien cultiva solo su cuerpo no puede desarrollar por igual una serie de beneficios intelectuales es una creencia que la ciencia parece decidida a desterrar. Cuando trabajamos nuestro cuerpo lo estamos haciendo de forma integral: el ejercicio revierte en muchos beneficios para nuestra salud física, pero también para nuestros procesos mentales y emocionales. Según un estudio de Harvard, liderado por el psiquiatra John Ratey, cuanto más integrado esté en nuestra vida el ejercicio físico mayores serán nuestras facultades de aprendizaje, memoria y empatía.

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Más ejercicio, menos estrés

Puedes creer que lo mejor tras un largo día de trabajo es tirarte sobre el sofá y ver una serie, pero el ejercicio tras una jornada de trabajo puede ser una forma de quitarte de encima todo el estrés acumulado. La rutina diaria nos sumerge en malas posturas, esperas que se alargan, situaciones de tensión que nos tensan los músculos y multitud de sentimientos e ideas que nos generan rechazo, cansando y extenuación. La forma de reiniciar nuestro cuerpo es el entrenamiento, cualquier actividad física que nos sumerja en unas reglas claras, rítmicas y que nos permita limpiar nuestra mente y desestresar nuestro cuerpo. Cuando hacemos ejercicio, además, producimos un mayor nivel de noradrenalina, que es un químico natural que consigue una mayor gestión del estrés por parte de nuestro cerebro.

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Trabaja tu cuerpo, mejora tu memoria

Por mucho que el ser humano evolucione, hay muchas funciones mentales que siguen siendo primarias y que heredamos de nuestros antepasados más remotos, aquellos que precisaban de cazar para alimentarse y de huir para protegerse de los depredadores. Por esa razón, cuando realizamos ejercicio físico estamos recreando las condiciones necesarias para que nuestro cerebro se abra al conocimiento y se potencie su memoria y la concentración. Si haces ejercicio diariamente estás modificando la forma con la que tu cuerpo equilibra la adquisición de la memoria y el razonamiento, aprovechando las ventajas de la parte más primaria de tu mente.

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Más deporte, mejor descanso

No es un secreto, pero lo olvidamos con mucha facilidad. Cuanto más energía consumamos, más profundo será nuestro sueño. La necesidad de descanso es común a todos los mortales, pero la calidad del sueño aumenta directamente al ejercicio físico que realizamos durante el día. De esta forma, podemos acabar con los problemas de insomnio, practicando deporte por la tarde, antes de la hora de cenar. La natación es perfecta para un resultado así, pero también el fitboxing. Cuando hacemos ejercicio, además, liberamos dopamina, que es una respuesta automática a aquello que nos produce placer, y que superado el momento de actividad, nos ayudará a descansar. Y ya sabes, un cerebro descansado piensa mucho mejor al día siguiente.

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Mejor forma física, más autoestima

Sentirte bien físicamente se nota por dentro y por fuera. Cuanto más energía utilizas en el ejercicio, más lo notarás en tu peso, tu aspecto físico y la resistencia respiratoria. Al final, sentirte ligera y entrenada te hace más libre, te mueves con mayor soltura y con menos esfuerzo y la ropa te queda mejor. Entonces es cuando tu autoestima se refuerza, porque dejas de conformarte con tu cansancio y lo reviertes en vitalidad, te ves mejor y te ves reflejada en la mirada de los demás.

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Ejercitar los músculos beneficia al cerebro

Físicamente todo lo que revierte en beneficios sobre una zona de nuestro organismo acaba repercutiendo también en el resto del cuerpo y de la mente. Si trabajas mucho tus piernas, por ejemplo, también estás trabajando tu resistencia pulmonar, y como efecto del ejercicio general favoreces la protección de tu sistema cardiovascular y disminuyes la probabilidad de tener un infarto cerebral y enfermedades degenerativas cognitivas como la demencia o el alzheimer. Estos beneficios están relacionados con la segregación de hormonas y de otras sustancias químicas que el cerebro aprovecha y que ayudan a regenerar las neuronas, concretamente las situadas en el hipocampo.

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Física y química

El ejercicio físico tiene un efecto químico en nuestro organismo: cuando nos entrenamos liberamos endorfinas, que son sustancias químicas naturales que produce nuestro propio cuerpo que crean y afianzan la sensación de placer y felicidad, y nos llevan a un estado mental de tranquilidad y concentración muy positivo. Estas sustancias están relacionadas también con la lucha contra la depresión, por lo que ante estos cuadros clínicos los especialistas suelen destacar como medida paliativa de los síntomas de la depresión que se realice ejercicio físico.

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Trabajas por fuera, trabajas por dentro

Según una investigación de la Universidad de Estocolmo, los trabajadores que suelen realizar ejercicio físico todos los días, bien sean empleados por cuenta propia como ajena, desarrollan un trabajo más productivo, eficiente y en menos tiempo que los compañeros que no dedican ni un solo minuto diario al ejercicio. Este estudio recomienda que sean los propios centros de trabajo los que faciliten a sus empleados compatibilizar la jornada laboral, el ejercicio físico y la conciliación, sin dejar solo a expensas del tiempo libre la realización del deporte, pues está comprobado que cuanto más se trabaja el cuerpo, mejor se trabaja la mente.

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Si te ves bien, eres más feliz

Una mejor forma física mejora muchos aspectos de los que no solemos ser conscientes. Una vida sexual más activa está directamente relacionada con un bajo índice de sedentarismo. A fin de cuentas el sexo también es ejercicio, respiración y ritmo, como el deporte. De esta forma mejoran muchas facetas de tu vida que mejoran tu percepción positiva acerca de quién eres y el lugar que ocupas en tu contexto. Te sientes más atractiva, más predispuesta al movimiento, a la aventura, a ayudar y a no conceder importancia a los pequeños sinsabores de la vida. El ejercicio es vitamina positiva para tu mente.

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