Hacer deporte en verano no es lo mismo que hacerlo en invierno. Las altas temperaturas, las vacaciones y el estado anímico nos empujan muchas veces a buscar nuevas alternativas para ponernos en forma. Por mucho que nos guste nuestro gimnasio, cambiar las clases colectivas habituales o correr al aire libre por la posibilidad de entrenar en el agua puede convertirse en una opción de lo más atractiva.