Siempre que hablamos de ansiedad mencionamos de forma colateral el estrés o el miedo. Sin embargo son tres conceptos independientes, aunque muy relacionados. Cuando nos convertimos en adultos descubrimos que las cosas ni son blancas ni negras, ni siempre sabemos a qué tenemos miedo, aunque lo tengamos. Esto sería, de alguna forma, la ansiedad y lo que implica en nuestro día a día.