Si eres de las que prefiere perder el autobús antes de hiperventilar por tratar de correr hasta la parada, probablemente existen multitud de situaciones en tu día a día que podrías realizar con un mayor sensación de bienestar, y que esquivas por no estar en forma. Cuando hacemos ejercicio somos más libres, porque abrimos la puerta a correr, saltar y esforzarnos sin que sintamos cómo desfallecemos en cada gesto físico que hacemos.