De ahí que el sol y el aire sean muy buenos ejemplos para producir energía, que además suman otra variable muy positiva: en su transformación la contaminación producida es mínima, a diferencia de los combustibles fósiles, que son todo lo contrario, su disponibilidad es limitada, son caros, y la transformación en energía pone arroja unos datos de huella de carbono muy elevados.