¿Y si la contaminación pudiera transformarse en energía?

Quienes trabajan en la búsqueda de nuevas formas de energía tienen el objetivo de encontrar aquellos recursos del planeta que pudieran ser casi ilimitados y que se pudieran transformar en energía barata y de fácil disposición.

por Cristina Soria

De ahí que el sol y el aire sean muy buenos ejemplos para producir energía, que además suman otra variable muy positiva, que es que en su transformación la contaminación producida es mínima, a diferencia de los combustibles fósiles, que son todo lo contrario: su disponibilidad es limitada, son caros, y la transformación en energía arroja unos datos de huella de carbono muy elevados.

Más ecología para una solución energética

La mejor de las noticias sería encontrar un dispositivo capaz de tranformar la contaminación en energía. Contaminación sobra, no tiene ninguna utilidad, y sin duda se trataría de una forma barata de conseguir aportar energía a todo el planeta, mientras que la contaminación se  elimina. Por suerte, puede que no estemos lejos de encontrar una solución de este tipo.

Un grupo de investigadores belgas, de las Universidades de Amberes y Lovaina, trabajan ya en un prototipo que pretende conseguir energía utilizando la contaminación como elemento de transformación. El dispositivo tiene dos cámaras separadas por una membrana que rompe las partículas en suspensión y que conforman la contaminación ambiental del aire. Cuando se realiza un filtrado del aire, purificándolo, se puede transformar estas partículas en gas hidrógeno, y que permite almacenarse en condensación, de la misma forma en la que se almacena el hidrógeno que hace funcionar los autobuses ecológicos, por ejemplo.

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Sin huella de carbono

Muchos sistemas de filtrado de la contaminación tienen una doble cara, y es que estos procesos también tienen huella de carbono y lo que se purifica por un lado, se puede estar contaminando por otro, porque casi todos  los procesos de transformación precisan de energía y de cierta combustión. 

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En este sentido, el dispositivo que en el que está trabajando este grupo de investigadores utiliza la luz solar para la transformación, el filtrado, y de esta manera se minimiza totalmente la contaminación añadida al proceso energético.

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Problemas que aún hay que solucionar

Sin embargo, a día de hoy, se trata de un prototipo con unas dimensiones muy pequeñas que, además, no tiene garantizada la durabilidad suficiente de su almacenaje. Estos dos son los grandes retos de los investigadores en energía. 

No solo es necesario poder producir energía a pequeña escala, sino que sea de una cantidad suficiente para poder generar grandes fuentes de energías para edificios, barrios o ciudades. De poco sirve si solo podemos poner en marcha el mecanismo de un juguete.

Además, el almacenamiento es un gran problema que debe salvarse en las cuestiones de generación energética. Aunque creamos que toda la energía que se produce se puede “guardar”, esto no es así, y es la variable culpable de que el precio de la energía fluctúe tanto. La energía debe ser producida en tiempo real, y los sistemas de almacenaje implican una pérdida y un desgaste. Lo que pretenden estos investigadores es, además, poder generar grandes baterías donde esta energía quede almacenada para ser utilizada cuando sea necesario.

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