Se conoce también como piel de naranja porque de forma visible parecen los hoyuelos de este cítrico, pero en nuestra piel, y se localiza en las zonas más propensas a acumular grasas: el abdomen, muslos y glúteos. Surge por varias razones, desde una mala circulación hasta por retención de líquidos, pero podemos ayudar a evitar su aparición si realizamos ejercicio físico de forma contínua y buscamos centrarnos en estas zonas.