Empezar a entrenar tiene una resistencia anterior a todo el esfuerzo físico que realizarás, y es vencer a la pereza de ir al gimnasio. Sin embargo, conviene ir preparada para sacarle el mayor partido posible y no cejar tu empeño por los pequeños detalles. Si logras esquivar errores, omisiones o despistes lograrás encajar con el pie derecho tu llegada al gimnasio, y según sientas que tu entrenamiento es fructífero sacarás el mayor provecho a esas horas semanales de esfuerzo y sudor.