Sufrir estrés no es nada extraño, ni en sí mismo tiene por qué significar un problema. Es un indicador de que estamos adquiriendo muchas responsabilidades y también de que nuestra forma de canalizar la tensión que nos acarrean nos afecta en el ánimo. Sin embargo, pese a que el estrés es común y cuesta mucho encontrar a alguien que no lo sufra en su día a día, lo cierto es que es un estado emocional completamente innecesario.