Los dátiles llegan con el invierno y es una fruta de temporada que se consume desecada. Estos frutos son originalmente macizos y carnosos, pero por el efecto del sol quedan desecados, y es en ese momento cuando su acidez se torna en dulzor. Y es que por su sabor y aporte de glucosa, se considera una de las frutas más dulces que podemos encontrar.