La gran dulzura de los dátiles es más beneficiosa de lo que crees
Los dátiles aportan energía a raudales por su alto contenido en glucosa, un aspecto que se compensa, si los consumimos con moderación, porque viene acompañada de un alto contenido en fibra.
Los dátiles llegan con el invierno y es una fruta de temporada que se consume desecada. Estos frutos son originalmente macizos y carnosos, pero por el efecto del sol quedan desecados, y es en ese momento cuando su acidez se torna en dulzor. Y es que por su sabor y aporte de glucosa, se considera una de las frutas más dulces que podemos encontrar.
Aportan bastante calorías, y puede que esa razón te haga apartarlos muchas veces de tu lista de la compra, pero lo cierto es que al ser estas calorías de origen vegetal no debemos temer demasiado de ellas (aunque tampoco hace falta comer dátiles como pipas). Por cada 100 gramos de dátil estamos ingiriendo 270 calorías, pero lo importante es que esta glucosa no pasa a la sangre de forma rápida, y esto se evita gracias a su alto nivel de fibra soluble e insoluble, entre 11 gramos de fibra por cada 10 de dátiles. No hay muchas frutas desecadas con este promedio de fibra, y eso hace de los dátiles una fruta muy equilibrada.
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Anticancerígeno, anticolesterol y muchos más beneficios
La fibra de los dátiles es similar a la de la manzana, pero es más densa, y lo que hace es empujar a los desechos del colon, limpiando nuestro aparato digestivo y previniendo que los desechos puedan absorberse por las paredes del intestino. Esto, por un lado, puede ayudar a combatir la posibilidad de padecer cáncer, y también es beneficioso para prevenir el colesterol LDL (malo).
Los dátiles, además, aportan hierro, potasio y vitaminas A, B y K. Por ello, potencian la producción de glóbulos rojos, ayudan en el control del ritmo cardiaco y la presión arterial. Protegen la piel, las mucosas y al tejido de los pulmones. Y como contiene taninos, flavonoides y antioxidantes polifenólicos, los dátiles ayuda a combatir las infecciones y las inflamaciones. También son coagulantes y fomentan la metabolización de los huesos. ¿A que no te esperabas tantos beneficios de una fruta desecada?
A diferencia de otras frutas más populares como los plátanos, naranjas y manzanas, los dátiles sí tienen proteínas, que en su caso están compuestas por 23 aminoácidos. También aportan ácidos grasos insaturados, como el ácido oleico y linoléico, por lo que se considera al dátil como un alimento tremendamente beneficioso para la salud, muy equilibrado y con una variedad de nutrientes muy a tener en cuenta.
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Una fruta útil para deportistas
Cuando estamos realizando ejercicio físico y necesitamos un aporte con alto nivel calórico, los dátiles son una solución muy útil. Tanto si haces running, nadas o haces largas incursiones en bicicleta, el dátil constituye una solución natural para reponer energía, por encima de las barritas energéticas. Además, al ser una fruta desecada, no pesa y no ocupa espacio.
También te beneficiará su alto contenido en potasio, que es un mineral que eliminamos fácilmente con el sudor cuando realizamos ejercicio físico, por lo que los dátiles son perfectos en esta situación.
No solo se comen como fruta
Los dátiles se aprovechan de muchas formas. Pese a su apariencia poco apetecible, por tener una piel arrugada y un color marrón grisáceo poco atractivo, lo cierto es que los dátiles han demostrado ser una fruta tan beneficiosa como con un gran variedad de aplicaciones.
Existe el vinagre de dátil, y la pasta que se forma con esta fruta es un buen sustituto del azúcar para repostería. Es saborizante y sus semillas pueden asarse. Todo es aprovechable, incluso los brotes del árbol que los germina, ¿recuerdas los palmitos?, son primos hermanos de los dátiles.
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