Vivir en una gran ciudad puede parecer que nos ofrece toda una serie de ventajas que hacen la vida allí merezca la pena. Pero lo cierto es que en lo últimos años ha surgido una tendencia entre la población más joven contraria a la que habíamos visto hasta entonces: son muchos los que abandonan las ciudades y se instalan en entornos rurales buscando tranquilidad, precios más económicos, y todos los beneficios que el campo puede ofrecernos.