Hace años, la mayoría de las personas que comenzaban una dieta vegetariana o vegana lo hacían motivadas por el respeto a los animales, además de otras razones, como las relacionadas con la salud. A día de hoy sabemos que quien sigue una dieta de este tipo ya no lo hace solo por respeto a los animales, sino hacia todo el planeta. Porque para obtener proteína de origen animal se emplean mucha más agua, más tierra y más contaminantes de todo tipo que para conseguir proteína de origen vegetal.