Pocas cosas nos resultan tan relajantes y placenteras como un buen baño de agua caliente. Especialmente en invierno, cuando llegamos a casa dejando atrás el frío de la calle. Pero si además de entrar en calor y desconectar de todo, nos dan la gran noticia de que mientras nos perdemos entre burbujas estamos quemando calorías, nos falta tiempo para ir a sumergirnos en la bañera.