Lo más habitual es que al entrar en casa nos quitemos el calzado de la calle y lo sustituyamos por otro específico para pisar el suelo del hogar. Pero puede que seas de esas personas que al llegar a casa necesitan descalzarse y sentir el contacto del suelo en las plantas de los pies. Si es tu caso, estás de enhorabuena, porque todo apunta a que desprenderse de cualquier tipo de calzado al menos una hora al día nos reporta muchos beneficios.